viernes, 11 de septiembre de 2009

III


Mientras espera el ascensor, sofocada, saca un pequeño abanico verde del bolso. Se da aire, enérgicamente, pero no sirve para nada. El calor ha vuelto a la ciudad con más fuerza que nunca.

Tintintin.

Se sube en el pequeño cubículo, sintiendo que se ahoga. A punto de cerrar la puerta, escucha una voz desde la calle.

- ¡¡Espera, espera, espera!!

Espera. Y él se sube en el ascensor, tan acalorado como ella.

- Al séptimo, ¿no?

- Sí, gracias...

- Qué calor, ¿verdad?

Él la mira, estupefacto. Después, se echa a reír.

- ¿Me estás hablando del tiempo?

Se encoge de hombros. Es lo único en lo que puede pensar en este momento.

- Sí, ¿y?

- No, no, nada... -sacude la cabeza. Se ríe más- Es que no pareces una de esas...

- ¿Una de esas?

- Que hablan del tiempo en el ascensor...

Sonríe. Es que no lo es.

Tintintin.

Séptimo piso. Él coge su skate, que había apoyado en el suelo, y sonríe de vuelta.

- Hasta luego...

- ¡Eh! -exclama, cuando él está a punto de cerrar la puerta.

- ¿Qué?

- ¿De qué quieres que hablemos la próxima vez?

- De poesía -contesta él, riéndose.

Ella asiente.

Así que poesía...